Muy seguido escucho o leo  que tenemos que salir de nuestra zona de confort. Incluso hay una célebre frase que dice “si no estás creciendo estás muriendo” y otra muy cercana que dice que “si estás cómodo no estás creciendo.”

Concuerdo con todo esto, pero creo que no hemos sabido interpretarlo bien ni menos aplicarlo saludablemente a nuestra vida.

Hoy inicié el día hablando con mis  amigas psicólogas y emprendedoras, pero tuvimos una de esas conversaciones que equivalen a un curso completo de autocrecimiento, le dimos forma a nuestro sentir a través de palabras  que nos conectaron con la posibilidad de crear desde un hacer muy distinto al tradicional y es por eso que quiero contártelo porque sé que tiene mucho sentido en la vida de un emprendedor que busca crecer en armonía, que quiere amar lo que hace pero sin sentir que tiene que renunciar a sí mismo para lograr sus metas.

Nuestro ser interior se daña porque no nos escuchamos, no escuchamos nuestras relaciones, finalmente enferma nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestra vida.

Estamos bombardeados de mensajes que nos impulsan a hacer constantemente, a salir afuera, a mostrarnos, a vender, a conseguir el éxito. Pero ¿Cómo podemos lograr todo eso si no sabemos realmente lo que queremos, cual es nuestro sentido, cómo queremos “usar nuestro tiempo, cómo queremos vivir nuestra vida ni para qué hacemos lo que hacemos?

Una de mis amigas dijo, “me di cuenta de que con mi autoexigencia siempre me estoy sacando de mi zona de confort y no me detengo a disfrutar lo que he construido con tanto trabajo y esfuerzo” Wowww algo hizo click en mí y dije, eso es lo que quiero transmitir a tooooodos los emprendedores del planeta.

No es malo quedarte en tu zona de confort cuando lo haces para valorar lo que has logrado, cuando lo haces para mirar hacia atrás y ver el camino recorrido en lugar de ver el camino que aún te falta por recorrer. No se trata de autocomplacencia, ni holgazanería, se trata de ver tu propio valor y disfrutarte, disfrutar con los tuyos lo que has logrado y desde ahí tomar la energía necesaria para seguir avanzando reformulando lo que quieres lograr.

¿Qué pasa cuando estás constantemente saliendo de tu zona de confort sin siquiera mirar lo que has construido?

Funcionas en automático, te mides comparándote con otros, te desconectas de ti y de aquello que podría haber cambiado en tu vida que se traduce también en la necesidad de hacer un cambio en la forma de hacer las cosas. Nuestro ser interior se daña porque no nos escuchamos, no escuchamos nuestras relaciones, finalmente enferma nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestra vida. Todo por estar en la idea errónea de que parar un poco a disfrutar lo que has logrado es erróneo, mal visto, es de gente poco exitosa.

Me dirás, “pero las personas que realmente han logrado lo que yo quiero, están constantemente en acción”, o “ los modelos que quiero seguir siempre están saliendo de su zona de confort”.

Puede ser, o puede que no, puede que sea esa la faceta que siempre muestran porque es lo que vende, es lo que culturalmente está bien visto, es el hemisferio izquierdo predominante que no permite mostrar públicamente que es necesario PARAR para disfrutar lo logrado.

O puede ser que solo sea una pésima interpretación nuestra de lo que las “personas exitosas” han transmitido. No tengo la respuesta exacta, pero lo que si se es que HACER no significa mostrar una conducta hacia el exterior.

Hacer es la consecuencia coherente de un trabajo de conexión interna. Cómo dijo otra de mis amigas en esta conversación de lujo “conectar qué es lo que te mueve a hacer lo que haces y sacar inspiración de eso, para que todo lo demás (acciones externas) sean una consecuencia de todos esos hallazgos” Y este cambio es brutal, porque nos pasamos la vida haciendo para probar si es lo que debemos hacer o no, pero pocas veces sentimos antes de hacer y ¿sabes qué?, aquí viene la mejor parte, al menos para mi. ¿Sabes cuánto me demoré en escribir este post? 30 minutos con interrupción de hija incluida. ¿Sabes cuánto tiempo llevaba sin escribir en mi blog? Meses!!! Porque me había desconectado de mi sentir, del propósito que tiene para mi trabajar con emprendedores y el haber creado un programa de organización del tiempo que para mí, rompe paradigmas, pero no lo estaba mostrando porque buscaba fuera de mi algo para “hacer”. Y así se confirma la idea de que el tiempo finalmente es una percepción, en 30 minutos logré ser tremendamente productiva, me fue súper fácil crear porque estaba conectada conmigo.

Y esto es lo que quiero para ti, que tu tiempo sea mágico, que logres esa productividad increíble pero posible, no porque te hayas desgastado “haciendo” hasta darle el palo al gato, sino porque conectaste con tu zona de confort para reconocerte y reconocer el propósito que tiene para ti hacer lo que estás haciendo.

Si crees que ha llegado el momento de parar para conectar contigo y que tu hacer sea la consecuencia de ese sentir, soy la persona adecuada para ayudarte.  He creado una audio clase gratuita, con 5 pasos para organizar tu tiempo y enfocar tu emprendimiento sin sacrificar una parte de tu vida. Descárgala ahora desde acá

Mis mejores deseos para tí y que disfrutes este y todos tus días

Gema

Comentarios (2)

  1. Excelente artículo Gema estoy de acuerdo. Así como los riesgos del emprendedor deben ser medidos el disfrutar nuestra zona de confort también.

    1. Así es Waldo, todo en su justa medida! Un gran saludo!

Deja un mensaje

Tu correo no será publicado. Campos obligatorios están marcados con un *

Open sidebar