¿Te atreves a ser próspero y generoso económicamente?

Te hago la siguiente pregunta: ¿Cuantas veces has donado el 10% de tus ingresos para alguna causa que consideres justa? ¿Cuántas veces has experimentado la alegría de una persona con menos fortuna que tú (no un familiar o persona querida por ti) al recibir ayuda económica inesperada? Si ya lo has hecho permíteme reconocerte por ello.

Si no,  probablemente sea porque hay en ti creencias limitantes  en relación al dinero,  “no gano suficiente para donar el 10%”, “la gente utiliza mal el dinero”, etc. Si no eres capaz de desprenderte de tu 10% hoy, difícilmente serás capaz de desprenderte de un 10% de una gran fortuna. Si crees que la gente utiliza mal el dinero que le regalan, revisa como utilizas tú tu propio dinero.

Inconscientemente nos paramos desde la carencia, desde el miedo, desde la inactividad colocando como justificación todos aquellos casos en los que vemos a personas usando muy mal el poder que les entrega el dinero, y no nos atrevemos a tomar la rienda del cambio.

Efectivamente  hay situaciones en las que tener dinero no hace la diferencia, pero déjame decirte que hay muchas otras en las que sí lo hace, y no creo que sea necesario que empiece a enlistar situaciones de la vida real en las que evidenciamos esto. Si te mueve que el dinero no sea lo más importante desde lo negativo, entonces reconcíliate con él y sé un ejemplo de vida en donde logres ser próspero y abundante de manera armónica, una relación con él dinero en donde hagas de él bendiciones para tu vida y la vida de otros. Te aseguro que ser capaz de dar dinero desde la generosidad y el desapego genuino, es una experiencia maravillosa. Dar desde la valorización del fruto que puede generar ese acto y no desde la carencia que veo en el que no lo tiene, te permite vibrar en una frecuencia armoniosa que termina traduciéndose en tu día a día en bendiciones.

Decide generar dinero desde la abundancia,  no para retenerlo en tu cuenta bancaria, si no para usarlo en pos de las causas que mueven tu corazón y que finalmente le dan sentido a tu paso por esta vida. Acepta que vivir en este plano requiere de materialidad y que puedes disfrutarla sin dejar de ser el maravilloso ser humano que eres, concédete permiso para hablar de dinero abiertamente y para valorarlo con desapego.